ENEMA
Un enema es una solución evacuante que se introduce en el colon, por vía rectal, para favorecer la evacuación intestinal. Generalmente se emplea cuando otras medidas laxantes (frutas, laxantes farmacológicos, micralax, etcétera). Para poder administrar un enema es conveniente que sea un médico el que indique su administración.
A continuación se describe paso a paso la técnica de administración:
Preparar el material necesario: enema, gasas, lubricante y guantes desechables.
Comprobar las alergias medicamentosas.
Verificar la fecha de la última deposición.
Mezclar los ingredientes correctamente y templar entre 38-40º
Suspender el enema (recipiente) en un soporte al lado de la cama a una altura entre 45-60 cm por encima de las nalgas, en adultos y entre 10-45 cm en lactantes y niños.
Una vez preparado el material, se procederá a aplicar la técnica, que consiste en:
Lavarse las manos con agua y jabón.
Colocar al paciente tumbado de lado y con las piernas flexionadas hacia el estómago
Lubricar con vaselina el extremo de la cánula (sonda)
Elevar la nalga superior y dejar visible el ano
Introducir la cánula unos 10 cm en adultos, de 5-8 cm en niños y de 2,5-4 cm en lactantes
Dejar fluir el enema lentamente
Retirar la cánula aplicando presión firme contra el ano
No debemos forzar la introducción de la cánula para evitar lesiones en la pared intestinal.
La capacidad de retención del enema aumenta manteniendo las caderas elevadas, es deseable mantener el líquido del enema 5 a 10 minutos a ser posible, tiempos más cortos limitan notablemente su eficacia.
La estimulación producida por la aplicación del enema hace necesario el control del ritmo cardíaco durante el procedimiento en pacientes ancianos y con problemas de corazón.
En pacientes con insuficiencia respiratoria, vigilar la aparición o aumento de la dificultad respiratoria.