Durante los vuelos la presión de la cabina se establece como la que existe a unos 2500 m de altitud, con lo que existe una menor presión de oxígeno.
Los pasajeros sanos se adaptan, en general, sin dificultad a una menor presión de oxígeno, sin embargo, los sujetos con enfermedades respiratorias o cardiacas graves y los neonatos pueden tener dificultades derivadas de la hipoxemia.
Más afectados | En general, los pacientes con insuficiencia respiratoria severa, que requieren oxígeno domiciliario, y aquellos que han padecido recientemente un episodio isquémico miocárdico (infarto agudo o angina) deben evitar volar o ponerlo en conocimiento de la compañía aérea. |
Prevención para niños | Los niños y las personas que padecen de los oídos tienen con mucha frecuencia dolor al cambiar la presión por el descenso durante el vuelo.
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Existen unos tapones con un dispositivo de válvula que reducen tanto el ruido como los cambios de presión.