ENFERMEDADES DEL VIAJERO

Virus.

VIRUS

Los virus son microorganismos ampliamente distribuidos en la naturaleza, de un tamaño inferior a las bacterias, y que son responsables de múltiples enfermedades en humanos, como el catarro común, la gripe, el sarampión o el síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Existen muchas familias de virus, con diferentes formas de transmisión (oral, respiratoria, sexual, por picadura de mosquitos, etcétera) por lo que su estudio es extremadamente amplio y complejo.

Las infecciones virales más frecuentes del viajero son las que afectan a los aparatos digestivo y respiratorio. El virus de la hepatitis A, por ejemplo, se adquiere a través de la ingesta de agua y otros alimentos contaminados con material fecal de pacientes que han padecido esta infección. Este y otros virus que se adquieren por vía oral aparecen con más frecuencia en países con escasas condiciones higiénico-sanitarias, donde no hay conducciones de agua corriente o su calidad no está adecuadamente controlada. Por este motivo es preciso que en estos países se deben extremar las medidas para que las bebidas y alimentos estén adecuadamente preparados y libres de virus o bacterias.

Los virus transmitidos a través de la vía aérea son, con mucho, los más frecuentes y producen enfermedades como el catarro común o la gripe, sobre todo en las épocas más frías del año. El catarro es por lo general una enfermedad molesta pero poco grave, sin embargo la gripe puede ser fatal, particularmente en personas mayores o aquellas con enfermedades debilitantes previas (enfermos de los bronquios, del corazón, etcétera). De particular importancia para el viajero es que la infección por el virus de la gripe puede prevenirse con la administración de la vacuna anual. Esta vacuna está recomendada en personas mayores de 65 años y aquellas con enfermedades subyacentes.

Existen otras enfermedades virales transmisibles y para las que disponemos de vacunas muy eficaces: poliomielitis, sarampión, rubeola, parotiditis fiebre amarilla, hepatitis B, etcétera. El viajero debe conocer su estado de vacunación y asesorarse adecuadamente del riesgo de adquirir estas infecciones en sus lugares de destino. Todas ellas son prevenibles con la vacuna, pero no tienen, sin embargo, un tratamiento adecuado en caso de adquirirse.