Los desplazamientos en carretera son tal vez los que más frecuentemente realiza un viajero, independiente del destino que tenga. Los accidentes de tráfico son una de las principales causas de mortalidad y morbilidad de los viajeros. En los países en vías de desarrollo tanto las carreteras, si las hay, como los vehículos suelen estar en malas condiciones y las medidas de seguridad (neumáticos, cinturones de seguridad, luces, “airbags”, etcétera) son un lujo inalcanzable. Además de éstos factores en muchos destinos la conducción es por el lado contrario al que estamos habituados y, en ocasiones, se conduce en malas condiciones derivadas del cansancio, consumo de alcohol o comidas muy copiosas, insuficiente horas de sueño, etcétera.
Particular riesgo tiene el transporte en motocicletas –tan frecuente el algunas partes del mundo-, la conducción de vehículos todo terreno por las pistas del desierto, donde hay gran espacio y parece que uno tiene la libertad de acelerar sin límites, olvidando que nunca se debe circular por dichas zonas por encima de los 50-60 km/hora, así como el empleo de vehículos de transporte públicos que están sobrecargados de pasajeros o mercancías.
Baste por tanto recordar ahora las mínimas recomendaciones básicas que el médico debe aconsejar al viajero: prudencia y sentido común.
Tabla 4. Recomendaciones para la conducción en carretera.
Alquilar vehículos de compañías conocidas.
Contratar un seguro de accidente.
Evitar conducir con sueño/cansancio.
No probar el alcohol.
Conducir durante las horas de luz.
Utilizar los cinturones de seguridad.
Utilizar los asientos de niños.
Respetar las normas de tráfico.